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Manuel López Moroño Soy socio de Finver, licenciado en administración de empresas por la Universidad de Dublín y máster en Dirección Financiera, Auditoría y Fiscalidad.
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En la actualidad quedan pocas cosas que duren casi toda la vida.
Sin duda, una de ellas sigue siendo la hipoteca. Y si no es toda la vida, al menos lo será varias décadas.
Considerando este plazo, se trata de una de las decisiones financieras más importantes de tu vida e incluso podemos prescindir del término “financieras” y seguiría siendo una frase incuestionable.
Hablamos de entablar una relación con un banco que durará la mayoría de tu edad adulta, condicionando no solo tus finanzas, sino también tu estabilidad y calidad de vida. Por ello, es fundamental que dispongas del conocimiento y herramientas necesarias para optimizar las condiciones.
Tu yo del futuro te lo agradecerá.
En este artículo te detallaré los cinco puntos clave que debes tener en cuenta cuando negocies la contratación de tu hipoteca.
1. Tu histórico
Si piensas que la negociación de una hipoteca empieza el día en el que cerraste la compra de tu vivienda estás totalmente equivocado.
Esa batalla empezó mucho tiempo antes.
Desde tu sueldo, hasta tu historial de uso de la tarjeta de crédito, pasando por tus deudas actuales y pasadas será revisado.
Todo cuenta.
Te voy a contar una anécdota a este respecto: he visto rechazar la concesión de una hipoteca por la existencia de un determinado patrón de gasto en la tarjeta de crédito de un solicitante, a pesar de tener un nivel de ingresos muy elevado, que la cubriría ampliamente.
Ser serio y cumplidor (me refiero a tus gastos y pagos, ¿pero acaso no se trata de hacerlo así en todos los aspectos?) te ayudará.
2. El tipo de interés
La decisión entre un tipo de interés fijo, variable o mixto puede ser transcendental.
Antes de tomarla, debes valorar:
- La situación actual de los tipos de interés y sus previsiones.
Este análisis debe simplificarse, porque nadie puede prever cómo evolucionarán los tipos de interés (y quien diga lo contrario, miente). Sin embargo, sí que podemos aplicar el sentido común. ¿Si el Euribor está en negativo, es más probable que sea mucho más negativo o que en algún momento vuelva a cifras positivas? ¿Si ha sufrido la mayor subida vertical de la historia es probable que siga esa tendencia o que se estabilice? A veces no es necesario ser un experto financiero para obtener las respuestas más probables. - Tu posición financiera actual y futura.
¿Buscas la seguridad de un tipo fijo o estás dispuesto a asumir riesgos en busca de un beneficio futuro? Esta es una elección que puede provocar que tus cuotas mensuales bajen… o suban. Y deberás tener la capacidad económica suficiente para afrontarlas. El único responsable del contrato que firmes con el banco eres tú.
Por supuesto, cada décima en el tipo de interés suma.
Todo lo que consigas ajustarlo repercutirá en un coste global mucho menor.
Mi consejo: pide varias ofertas y teniéndolas en la mano presiona a las entidades financieras entre ellas.
3. El plazo
El plazo es un factor que en ocasiones se infravalora.
A mayor plazo tendrás unas cuotas más bajas, pero los intereses totales serán superiores… incluso considerablemente superiores.
¿Sabes que una hipoteca de 200.000 euros a un tipo del 3,00% y 30 años tiene un coste financiero de más de 100.000 euros?
La misma hipoteca a 20 años tiene un coste financiero un 35% menor.
Vale la pena detenerse y estudiar este factor con calma.
Porque la vida tampoco es siempre estable. Cuanto más extenso es el vencimiento del préstamo hipotecario, más posibilidades habrá de que tu situación y necesidades personales cambien, así como el tipo de interés, si es variable.
4. Productos vinculados
Una parte del negocio de las entidades bancarias se encuentra en los productos vinculados a la hipoteca, por eso mejorará tus condiciones si:
- Domicilias tu nómina.
- Te giran determinados gastos en la cuenta corriente.
- Realizas inversiones, en sus fondos o planes de pensiones.
- Contratas seguros.
Recuerda que la venta vinculada con otros productos está actualmente prohibida, a no ser que la entidad demuestre que implican un beneficio evidente para ti.
Todos estos productos suponen un coste y jamás se puede ignorar en el cómputo global de la operación.
5. Revisión completa de la escritura del préstamo: comisiones, cláusulas, y gastos
La actual normativa te protege frente a estos sobrecostes.
Desde la aprobación de la Ley que regula las hipotecas, tú pagarás la tasación y el banco asumirá los costes de notaría, registro, impuestos y gestoría.
A pesar de esto, no te confíes. Debes leer con minuciosidad cada término y condición.
¿La amortización anticipada es gratuita? Compruébalo, llegado el momento podría ser de tu interés y no te gustará que implique una comisión elevada.
¿Entiendes completamente cada cláusula? La respuesta solo puede ser un rotundo sí.
Un buen amigo mío, también financiero, que trabaja en una multinacional textil me dijo una frase muy reveladora:
“La mayoría de las personas tardan más en elegir y probarse un pantalón que en revisar su hipoteca antes de firmarla”.
Y es cierto.
Y es terrible.
Por esto, en nuestra sociedad cada cierto tiempo se producen situaciones que no deberían.
Jamás firmes un contrato de esta magnitud sin entender todos y cada uno de los puntos. Una lectura calmada o la búsqueda de consejo experto pueden ser la mejor de tus inversiones.
Desde Finver te ofrecemos un doble servicio: la negociación integral de las condiciones de tu hipoteca y la revisión completa del contrato antes de que lo firmes.
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